La mesa es el lugar por excelencia para reunirse, estar a gusto y compartir tiempo con los demás. Poner la mesa es todo un arte, y saber comportarse cuando nos sentamos a ella es una mezcla de habilidad y técnica.
Muchos acontecimientos importantes suceden alrededor de una mesa: amores, contratos, proyectos, amistades y colaboraciones. Los buenos modales y la manera en que socializamos con los demás influyen y definen nuestra forma de vivir, nuestro lenguaje, los gestos que nos caracterizan, tanto en el día a día como en los momentos especiales.
Cuando se habla de etiqueta en la mesa es casi inevitable evocar la imagen de los reglazos en las manos de antaño, un castigo despiadado contra aquellos que infringían una serie de reglas rigidísimas, axiomas y órdenes que eran perentorias e inamovibles. Convicciones inquebrantables que prescribían lo que está bien y lo que está mal.
En medio de todo lo que “se hace o no se hace” no hay indicaciones de ningún tipo sobre la historia y la evolución de las costumbres, sobre la razón de ser de ciertas normas. Dejando a un lado esas verdades como puños, no está de más aligerar las mesas y las conciencias, recordando solo que en cuestión de etiqueta todo tiene su parte de sentido y de gracia.
Aquí van tres consejos para hacer gala de buenos modales en la mesa y algún truco para entenderlos y recordarlos mejor. Lo mínimo imprescindible para quedar bien.
1.
COLOCACIÓN DE LOS CUBIERTOS
Posición 1 - Pausa
Si durante la comida se quiere apoyar los cubiertos para beber o sencillamente para conversar, la posición correcta es la siguiente:
¿Por qué? Esta posición tiene como finalidad evitar que se manchen los mangos de los cubiertos con salsas o similares, que a continuación embadurnarían las manos del comensal, además de que podrían manchar el mantel.
Posición 2 - Terminado
Al final del plato, incluso si sobra, los cubiertos deben colocarse como si fueran las manecillas del reloj a las 6:30
¿Por qué? Esta posición es útil para facilitar la retirada del plato, además de que así el personal de servicio entiende sin medias tintas que el comensal ha terminado. Si se usa un solo cubierto y se apoya lateralmente el mensaje podría resultar ambiguo.
2.
UTILIZACIÓN DE LA SERVILLETA
Si bien ninguna regla de la etiqueta en la historia prohíba una posición fija para la servilleta, conviene saber cuál es el modo correcto de utilizarla.
¿Por qué ? De esta forma no se corre el riesgo de mancharse la ropa y se evita que queden a la vista, para nosotros o para los demás, los residuos de la servilleta.
3.
COLOCACIÓN DE LA CUCHARILLA DE CAFÉ’
Tanto en casa, como en el bar o restaurante, siempre apetece un cafetito en taza, pero también éste tiene sus reglas.
¿Por qué? El motivo es muy sencillo, en el momento de quitar la mesa la cucharilla si está dentro de la tacita, tiene infinitamente mayor probabilidad de salir despedida, chocando con varias superficies y con el pésimo resultado de salpicar a todos los presentes en el radio de un metro.