Federica Barbaranelli es la dueña de Federica & Co, un espacio multifuncional que es un B&B, una tienda de decoración de interiores, un lugar donde seguir cursos de cocina, talleres y mucho más. En una casa solariega cántabra del siglo XVIII ubicada en el pueblo de Cóbreces, es un lugar con sabor antiguo rodeado por un gran jardín.
Hace poco se ha renovado los interiores manteniendo el espíritu de la casa, y como parte de las obras figuraba la reforma de la cocina, un lugar especial para Federica.
SapienStone ha colaborado en la renovación de esta cocina de estilo rural en la que se ha instalado la encimera Bright Onyx, que Federica eligió por su luminosidad y elegancia que se combina a la perfección con los frentes de madera blanca. Esta textura tiene un fondo blanco surcado por leves veteados que aportan movimiento a la superficie a la vez que se conserva un diseño delicado.
Además de su estética lo que entusiasmó a Federica fueron las características del gres porcelánico de SapienStone, como la resistencia, la escasa capacidad de absorción y la facilidad de limpieza.
En la entrevista que incluimos a continuación nos cuenta algo de sí misma, de lo que para ella significa la cocina y de las sensaciones que le produce trabajar en la encimera SapienStone.
Cuéntanos algo de ti y de tus pasiones. ¿Cómo surgió la idea de Federica & Co?
Me llamo Federica Barbaranelli, nací en Roma hace 42 años y allí viví hasta los 13 años. Durante toda mi vida y desde que era muy pequeña tuve la suerte de poder vivir y pasar largas temporadas en otros países, sobre todo en Francia, donde mi familia paterna (originaria de Roma y de Vetralla, un pueblo de la campiña romana cerca del Lago di Bracciano) se trasladó en los años ´80. Cuando tenía 13 años aterricé en España con mis padres y mi hermano pequeño, y desde entonces he vivido muchísimas aventuras.
Desde muy pequeña era una niña bastante particular que mostraba interés por cuestiones que los otros niños o no entendían o no mostraban la misma intensidad y pasión, por lo que yo me sentía un poco como un ser que no era de este mundo. Era curiosa, sensible, alegre, siempre moviéndome, siempre con muchísimas ganas de aprender. Observaba el mundo y me parecía a la vez extraño e interesantísimo, y aunque acababa aterrizando en el universo real, he vivido siempre entre mi propio mundo en el que me refugiaba, y el humano y tangible.
Siempre me ha encantado la cocina. Mi abuela Valeria se despertaba temprano para ir a comprar al mercado de Via Cola di Rienzo la mozzarella fresca (la treccia, mi preferida), la pizza blanca, verdura, café de Castroni. Volvía y yo seguía dormida, y para cuando me despertaba ya se sentía el olor de las fettuccine hechas en casa, del ragú, por supuesto, y además cada mañana me encontraba con una tarta recién hecha con mermelada casera… Ya solo el olor del horno hacía que me latiera fuerte el corazón. Mi abuela era una mujer muy sencilla pero convertía su cocina en un templo, repleto de amor, al que yo me acercaba con mucho cuidado, llegando a tocar el borde de la encimera apenas con los dedos. Tenía solo 5 años y el simple hecho de cocinar me parecía el gesto de amor más hermoso del mundo. Soy una romántica, así que entré en un mundo que nunca ha desaparecido y que siempre he cultivado en mi alma.
Creo que a la vez empezó mi pasión por la música, la danza, el cine y por supuesto los libros… Los libros eran mi mundo. Entonces fue cuando, de muy pequeña, descubrí mi verdadera pasión, la escritura. Siempre he querido ser escritora. Y el arte, así como la cocina, la música, el cine, la pintura, la historia o la escultura, han logrado que dentro de mí fuera creciendo un anfiteatro en el que dar forma a todos mis sueños. Aunque muchos fueran utópicos.
Federica & Co nació por casualidad. Hace 20 años acababa de regresar de NY y París, donde había estudiado escritura creativa, literatura comparada, historia del arte y naturalmente cocina en la Cesar Ritz Escoffier. Volví a Madrid con apenas 23 años y quería escribir, pero sentía la presión del mundo real y además no creo que fuera el momento adecuado, que yo fuera entonces lo bastante madura emotivamente para dedicarme al 100% a escribir. Así que, con mi primera socia, abrí el primer Federica & Co en pleno corazón de Madrid, en un espacio muy especial donde se mezclaba la moda (que traíamos de NY, Tokio, por supuesto de Italia, de Londres o Brasil…), exposiciones de arte, objetos vintage, jardinería, accesorios para la cocina, y prácticamente cualquier cosa de la que nos enamorábamos recorriendo el mundo. Luego los Federica & Co se convirtieron en 5, año tras año, el primer Concept Store se convirtió en un proyecto que fue evolucionando como lo hace un ser humano, fundiéndose dentro de mí y convirtiéndonos casi en una sola cosa, a medida que yo misma iba desplegando mi madurez personal.
¿En qué te inspiras sobre todo para tus recetas o tus contenidos?
Al principio tenía un enfoque muy técnico, quería aplicar a la cocina lo que había aprendido en todos esos años. Soy una persona obsesiva en lo referente a aprender, descifrar, nutrir mi propia esencia, así que no solo estudié cocina, sino también enología. Durante muchos años viajaba y vivía procurando descubrir nuevas recetas, nuevas formas de transformar con mis manos las recetas más clásicas. Entre Francia e Italia ya contaba con una buena base, pero mi curiosidad era infinita. Aunque nunca estuve movida por deseos de obtener reconocimientos, o para que se me considerase una chef, ni aspiraba a tener un restaurante. Solo quería saber, crecer y cocinar para las personas a las que quiero.
He leído de todo, he buscado en muchos países el uso de materias primas desconocidas, he estudiado también desde el punto de vista antropológico en qué forma la comida ha influido en nuestra historia y cultura, pero también cómo actúa en el cuerpo humano.
Tras años de experiencias y tras completar sin duda una etapa de mi vida, decidí que lo que de verdad me hacía feliz, y que por lo tanto me inspiraba, era regresar a la cocina casera, la cocina de las abuelas, la cocina sencilla. Pero manteniendo un pacto absolutamente sagrado con la materia prima. Sencillo pero excelente en esencia.
¿Qué significado tiene para ti la cocina, ya sea como lugar que como experiencia?
Es el lugar al que te lleva el corazón. Donde sientes los olores de tu infancia, donde recalas cuando tu vida va en pedazos, cuando te sientes perdido, donde se siente el amor forjado a base de fogones, tiempo y buenas materias primas. Donde recordar el auténtico sentido de la palabra Casa, de donde salen todos los aromas que nunca te abandonarán y que siempre te devolverán al lugar más tierno y delicado de tus recuerdos. Donde crear una familia o donde simplemente pasar una velada única con una copa de vino y un plato de pasta. Y donde con el sencillo acto de ofrecer una comida o una receta, con esmero y sencillez, se logrará que todos los que lo necesiten sientan esa calidez.
Cocinar no es solo cocinar. Es amar, de la A a la Z.
¿Cuáles son tus sensaciones con la encimera SapienStone?
La primera es una sensación de ligereza, no es una superficie áspera, no le resta protagonismo a ningún tipo de cocina ni estilo. Es perfecta tanto para una cocina campestre y más rústica, como lo puede ser para una cocina de ciudad super moderna. Me gusta la consistencia del material, sencillo pero elegante, luminoso e impecable, fácil de mantener, resistente, se adapta a cualquier espacio. Además, al elegir Bright Onyx, un blanco que no es nunca blanco, le aporta a la cocina una luz y una luminosidad increíble.
¿Cuál de los cinco sentidos es el más estimulado en la cocina?
La vista naturalmente, es lo que primero sobresale en nuestra cocina. Y por supuesto el tacto. Al tacto da la sensación de tocar terciopelo, pero a la vez no comunica fragilidad, sino consistencia, robustez… ideal para mí que me gusta cocinar como antaño, sin aparatos, cortando con el cuchillo directamente en la encimera, pudiendo manipular los alimentos con las manos y trabajando como se hacía antes. Parece un viaje en el pasado, pero con la tecnología de una marca que cree en la innovación y en la máxima calidad.
¿Cuál es tu sentido preferido?
Los olores, el olfato. Ningún otro sentido es tan salvaje e incontrolable. Llega directamente al corazón, sin pasar por la racionalidad del cerebro. Se trata de nuevo de un viaje al pasado o al futuro a través de la emoción más pura.
¿Qué es lo que más aprecias de las encimeras de cocina Sapienstone?
Los colores, la resistencia, la sencillez, la forma de adaptarse a cualquier estilo, por supuesto la tradición, el trabajo en cierto sentido “artesanal” y 100% hecho en Italia, y esto teniendo en cuenta las magníficas prestaciones y las ventajas que aporta la tecnología.
Si tuvieras que describir las encimeras de cocina Sapienstone con una palabra, ¿cómo las definirías?
Esencialmente perfectas para Federica & Co.
Ligeras.
Camaleónicas.
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